La personalidad de este hotel va más allá de su estratégica ubicación. Sobre un acantilado que domina una cala recoleta, sus habitaciones, salones y restaurantes se descuelgan por la ladera hasta casi tocar el mar. Ninguna de sus habitaciones es igual a otra; cada una con su decoración y estilo propio, pero manteniendo todas las comodidades de un lugar destinado por vocación a ofrecer un ambiente lujoso, relajado y espectacular. Por las ventanas de sus diferentes estancias se puede apreciar diversos matices de un paisaje singular, enmarcado por colinas de una aridez casi mítica.
Por contraste, como si se tratara de un oasis milagroso, los jardines inundan las paredes de la roca y, literalmente, se introducen en los cuartos, en las salas y en los espacios comunes destinados a crear un ambiente único para cada cliente.
Todas las habitaciones disponen de terraza con vistas al mar y algunas de las nuevas cuentan con una piscina privada exclusiva, junto a la suite de la Torre del Paradís. Su cocina ha sido desde siempre uno de los cimientos de la fama de este hotel. Tres restaurantes ofrecen comida de autor de clara raíz mediterránea, arroces y platos tradicionales de la costa alicantina y una excelente cocina para banquetes y convenciones.
Folleto del Hotel Montiboli